¿Cómo lo hemos hecho?



  Lo primero que nos preguntamos fue ¿cómo lo hacemos?


   A raíz de esta misma pregunta, surgieron una gran cantidad de otras preguntas, las cuales hizo que empecemos una nueva investigación. Un día, entre muchas otras cuestiones, nos preguntamos: "¿Habrá alguna diferencia en el crecimiento de las raíces de las plantas si el fósforo es parte de una molécula orgánica o parte de una molécula inorgánica?

   De ahí, nos pusimos a desarrollar varios abonos, siendo el orgánico el primero. Para este mismo, nos dedicámos a triturar habichuelas (como fuente de fósforo natural), luego, fuimos añadiendo a este posos de café y cáscara de plátanos. Posteriormente, dejamos un tiempo que esta mezcla reposara dentro de un frigorífico, para evitar su putrefacción.

   Junto a este mismo abono empezamos a crear nuestro segundo abono, el cual consistía de fósforo completamente inorgánico, siendo el compuesto utilizado el fosfato de calcio, de fórmula química Ca3(PO4)2, y mezclándolo de manera coherente con los mismos otros elementos, obteniendo así un abono inorgánico.

  Además de esto, creamos un cultivo hidropónico para así hacer que las plantas obtengan los nutrientes que nosotros deseamos. Tras esto, observamos durante 2 semanas completas el crecimiento de las raíces de las plantas, anotando minuciosamente datos específicos de su crecimiento, comparando directamente los dos abonos.

Nuestro diario de trabajo se encuentra debajo en forma de PDF, para los que les interese conocer el proyecto más a fondo.

El artículo del proyecto se encuentra en la barra desplegable dentro de la sección "Publicaciones Anteriores".

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